Claudio Nazoa 15 de noviembre de 2017
@ClaudioNazoa
No sé
si esto será un delito de odio, pero es hora de hablar sin eufemismos ni
guabineos. Ya lo he escrito antes: todos perderemos todo.
Cada
venezolano tiene un número en la espalda, y en cualquier momento nos llamarán
para jodernos. Incluso, quienes hoy apoyan o han apoyado el
fascismocomunismosocialista y la locura tienen su numerote.
¿Recuerdan
alguna revolución que haya sido efectiva? ¿Recuerdan en qué terminaron las
revoluciones más famosas: la francesa, la rusa, la china o la cubana, por
mencionar tan solo las que más daño han causado a pueblos y promotores? En la
francesa, por ejemplo, literalmente, no quedó títere con cabeza.
Dígame
la Revolución rusa, que sumió en la esclavitud a su pueblo durante 74
horrorosos años de opresión comunista donde, en Siberia, millones de personas
fueron exterminadas en campos de concentración. Stalin mató más seres humanos
que Hitler. Se calcula que asesinó a millones y después, como si nada, murió
acostadito en su cama.
Dígame
el horror de la Revolución china, que degeneró en otra revolución llamada
Revolución cultural. Nombre aberrante que sirvió de mampara para asesinar a
millones de chinos por motivos tan absurdos como leer libros cuyo autor no era
Mao.
¿Dónde
dejan el dolor de los cubanos? Allí, dos dinosaurios de los cuales ya se
extinguió uno, sacaron del poder a un oscuro dictador. La gente ingenua los
apoyó hasta que ya era tarde. Hoy, después de 58 años, 25% de la población
cubana ha emigrado de ese hueco negro en que los hermanos Castro transformaron
una hermosa isla.
En
Cuba se hizo una revolución, entre otras cosas, para acabar con la prostitución
y la opresión que existían cuando Batista, el dictador anterior. Hoy, su gran
logro ha sido arruinar los cultivos de caña de azúcar y tener las putas más
tristes y cultas del mundo. Las jineteras, en su mayoría, son mujeres
universitarias que cambian su cuerpo por comida, pasta de dientes o ropa.
Estamos
a punto de que esa tragedia nos ocurra.
En
Venezuela hay miseria. La gente come basura. Hay epidemias e hiperinflación. No
hay medicamentos ni dinero en efectivo… Dios no lo quiera. Ojalá y me
equivoque, pero podría pasar que aquí, como en Cuba, la prostitución sea la vía
para conseguir comida o jabón para bañarse.
Por
cierto, ¿usted cree que no tiene un número puesto?... Mire su espalda.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario