Gerard O´Connell 28 de agosto de 2017
En la
exhortación post-sinodal sobre la familia , el Papa Francisco hizo posible para
los Católicos en uniones no legítimas, incluido los casados civilmente de nuevo
después de un divorcio, para recibir la Eucaristía bajo ciertas circunstancias,
afirmó el principal experto legal del Vaticano, el Cardenal Francesco
Coccopalmerio.
Defendió
esta interpretación en un breve libro en el Capítulo 8 del “Amoris Laetitia,”
publicado en italiano por la editorial del Vaticano; una versión en inglés del
texto de 51 páginas está por salir.
En una
entrevista con América el 17 de Febrero, el Cardenal Coccopalmerio describió el
libro como su “reflexión personal” sobre lo que “Amoris” dice acerca de la
posibilidad de admitir a Católicos en situaciones matrimoniales “no legítimas”
a los sacramentos. Negó que esta es su respuesta o la de Santa Sede a las
preguntas planteadas por los cuatro Cardenales en esta materia.
El
comentario del Cardenal tiene peso. El no sólo participó en los dos sínodos
sobre la familia sino que también es el presidente del Concilio Pontificio para
la Interpretación delos Textos Legislativos y un miembro de la Congregación de
la Doctrina de la Fe y del Tribunal Supremo de la ley de la Iglesia.
El Capítulo 8 comienza con
‘una definición clara del matrimonio:
presenta un ideal de
matrimonio.
Por lo tanto, nadie puede
pensar que la doctrina del matrimonio ha sido cambiada.’
La
exhortación del Papa “afirma con gran claridad la indisolubilidad del
matrimonio,” dijo. El Capítulo 8 comienza con “una definición clara del
matrimonio; presenta un ideal de matrimonio. Por lo tanto, nadie puede pensar
que la doctrina del matrimonio ha sido cambiada¨. Pero “Amoris” también aborda
la realidad de los Católicos en uniones no legítimas y abre la posibilidad para
ellos para recibir la Eucaristía bajo ciertas condiciones.
Citó
como ejemplo el caso de una mujer que está libre para casarse de acuerdo alas
leyes de la Iglesia y decide entrar en una relación estable y vive con un
hombre casado, cuya esposa lo dejó con tres niños pequeños. En dicho caso, él
explicó, ¨los niños ahora la consideran a ella su madre y para el hombre, ella
es su vida¨, ya que ella significa todo para él. Si ella eventualmente reconoce
el problema con su situación y decide irse, entonces su esposo y niños se
hallarían en grandes dificultades. Pero el Cardenal dijo, “si esta mujer llega
a la conclusión ‘No puedo irme, no les puedo hacer tal daño,’ entonces esta
situación, donde ella quiere cambiar pero no puede cambiar, abre la posibilidad
de admisión a los sacramentos”.
En tal
situación, el Cardenal dijo, hay un reconocimiento de pecado y el sincero deseo
de cambio pero también la imposibilidad de realizar el cambio. En esta
situación, el le diría a ella, que “permanezca en esta situación, y yo te
absuelvo. ”Aunque dijo que él nunca ha rehusado a dar la absolución a nadie, el
Cardenal no obstante insistió que “uno no puede dar la absolución excepto a
personas que están arrepentidas y desean o quieren cambiar su situación,
incluso si ellas no pueden poner en práctica su deseo ahora porque dañaría a
personas inocentes”. De esta manera, dijo, la doctrina está salvaguardada pero
tiene en cuenta la imposibilidad”.
Muchos
pastores piensan que la admisión a la Eucaristía es posible solamente si la
pareja en una unión irregular está de acuerdo con “vivir juntos como hermano y
hermana”, como lo declaró San Juan Pablo II en “Familiaris Consortio” (No. 84).
El Cardenal reconoció esta posibilidad y dijo que la exhortación de Francisco
dice “si eres capaz de hacer esto, muy bueno”.
Sin
embargo, señaló, que el “‘Amoris Laetitia’ recuerda que el Concilio Vaticano II
(“Gaudium et Spes,” No. 51) reconoció que si una pareja se abstiene de
relaciones conyugales, esto podría causar una crisis para uno o ambos cónyuges
y podría llevarlos a una caída en la infidelidad o a la ruptura del
matrimonio”.
En
tales situaciones, dijo, “es la conciencia de la persona la que debe decidir”.
Este
enfoque, dijo, está en línea con la ‘gran intuición’ del Vaticano II para reconocer
el bien que ya está presente en una situación y construir sobre él.
El
Cardenal Coccopalmiero comparte shares la
visión del Cardenal Christoph Schönborn
de que el “Amoris” desarrolla las enseñanza de la Iglesia: “Es siempre
la misma doctrina, pero toma en consideración la situación particular. Usted
afirma la doctrina y puede decir que ellos deberían vivir como hermano y
hermana, pero la realidad a veces no lo hace posible”.
Destacó,
sin embargo, que cuando se trata de la cuestión de si se debe permitir a las
personas en situaciones de matrimonios irregulares el recibir los sacramentos,
“Amoris” claramente establece que “esto debe ser evaluado por la autoridad
eclesial competente, la cual normalmente — desde mi punto de vista — debería
ser el sacerdote de la parroquia, consultando si es necesario con el ordinario,
de manera de poder decirle a la pareja, ‘Si, pueden recibir los sacramentos’”.
Además,
dijo, es necesario “educar a los fieles, la comunidad, en todo este asunto, a
través de la catequesis y la explicación, para ayudarlos evitar juicios
negativos o falsos cuando una pareja en una relación no legítima se le permite
el acceso a la Eucaristía”.
El
reconoció que hay resistencia en algunos sectores al “Amoris” pero cree que
esto es principalmente debido a “una formación pastoral, una formación teórica,
que privilegia la afirmación de la verdad, de la doctrina, y en ocasiones no
ven el hecho de que las personas están en situaciones en las que no se puede
pretender que la pongan en práctica”.
Por
otra parte, dijo, “Tenemos una ontología de la persona que es general y abstracta:
el hombre está hecho de esta manera, un Cristiano tiene su estructura, pero el
hecho es que usted no simplemente tiene en frente a un hombre, un Cristiano.
Usted tiene a una persona con limitaciones, condicionamientos y situaciones, y
si nosotros no tomamos en cuenta la ontología concreta, entonces no respetamos
a la persona”
Por
ejemplo, “si una persona se acerca a usted y sólo puede hacer 50 de las100
cosas [que se esperan de él], y usted reconoce que estas 50 es lo mejor posible
ahora, entonces yo apruebo las 50, pero no digo que no debes aspirar por las
100”.
El
Cardenal aconseja a aquellos que tiene dificultad aceptando el enfoque del Papa
Francisco a no tener miedo, que traten de entender, de ver la belleza del 50
por ciento y darles los sacramentos, lo que no significa que esto es
definitivamente lo mejor, no, pero es los mejor para aquellos que no pueden
hacer más en esta etapa. Hay estos dos elementos, por lo tanto: el deseo de
hacer más, para alcanzar el máximo, pero, está la imposibilidad de llegar al
máximo, y así valorar la menor cantidad”. Este enfoque, dijo, está en línea con
la “gran intuición” del Vaticano II de reconocer el bien que ya está presente
en una situación y construir sobre él.
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