Carlos M. Melo 27 de agosto de 2017
@carlosmelo1962
Por
estos días estoy cumpliendo diez años viviendo en Villahermosa, Tabasco,
capital petrolera de México. A raíz del boom de la industria que se vivió muy
intensamente en los primeros años del siglo, se observó una gran migración de
personal profesional de diversas nacionalidades, pero fueron los venezolanos y
los colombianos quienes en mayor medida ocuparon plazas de trabajo en las
diferentes empresas de servicios petroleros en la ciudad.
Como
colombo-venezolano tengo amistad con paisanos de ambos lados y muchas veces
disfrutamos de placenteras reuniones casi siempre animadas por bebidas
espirituosas, que no espirituales y en ellas, no fueron pocas las veces en las
cuales ambos bandos discutían con pasión sobre el origen de ese manjar de maíz
conocido como La Arepa.
Por
ello, un día decidí hacer un estudio sobre el verdadero origen de La Famosísima
Arepa, y vean lo que resultó;
“De
acuerdo a estudios realizados por afamados arepologos, la arepa es originaria
de las zonas bajas de Escocia, y fue traída a América por Erick el Rojo
(950-1005), uno de los más intrépidos vikingos de la historia, quien en su
tercer viaje a su paso por el canal de Panamá en ruta a la China comunista tuvo
una falla de uno de los motores nucleares de su Drakkar (nombre dado a las
naves vikingas), por lo que fue necesario recurrir a los servicios mecánicos de
los indígenas de la región, quienes en ese tiempo aun eran colombianos. Erick,
tratando de ganarse la voluntad de los mecánicos locales, ofreció a los
indígenas el famoso pan irlandés (lo hacían con una harina de maíz popularmente
conocida como Producto Alimenticio Nacional-Harina PAN), este pan los escoceses
lo llamaban “are poor”, por lo económica que resultaba su elaboración. Ante la
actitud del europeo y para compartir el jolgorio los indígenas le ofrecieron
una bebida de malta fermentada de maíz que en su dialecto llamaban “guis-qui”,
de este modo se realizó el primer gran intercambio comercial y cultural de las
Américas, usando la técnica de emborrachar al nuevo socio comercial, para
obtener el mejor beneficio; llevándose los vikingos la bebida a Escocia y
dejando en América el popular pan.
Luego
de la gran farra, uno de los indígenas, haciendo gala de su viveza indígena y
en medio de su la borrachera, pensó que esa tortilla combinaba muy bien con un
pescado frito o con un sancocho de pescao y decidió llevar la formula a su mamá
en Cumana, Venezuela. De modo que, estando aún bajo los efectos de la bebida de
maíz y de manera subrepticia se llevó el secreto de la fabricación del pan
escoses hasta un poblado a orillas del rio manzanares en el oriente de
Venezuela.
Como
le era muy difícil pronunciar el nombre con el que los vikingos llamaban el pan
en su idioma (groenlandés antiguo), Kai-na (así se llamaba el indígena) le dijo
a su mamá que quería que para pasar el ratón (guayabo, cruda) le hiciera un
buen sancocho de pescao con “arepa”, mientras el descansaba en su chinchorro.
Es por
esto, que desde ese día sábado 02 de octubre del año 1002 ha existido una
diatriba en cuanto al origen de la arepa, los colombianos dicen que es
venezolana y los venezolanos aseguran que es colombiana, pero de acuerdo a los
estudios mostrados y a las vastas pruebas encontradas, se puede asegurar que la
arepa es realmente escocesa y el Whisky es indudablemente panameño.
Por lo
anteriormente expuesto, de ahora en adelante, cuando Ud. quiera degustar un
buen trago de Old Parr, no se le ocurra pedir un “Scotch”, sino pida un “Viejo
Parra Panameño on the rocks”… y acompáñelo con la popular “arepa de huevo escoses” o una “reina pepiada
de Glasgow”.
Carlos
M. Melo
@carlosmelo1962
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