Claudio Nazoa 30 de octubre de 2017
@ClaudioNazoa
Es
increíble lo que ha hecho Ramos Allup, pero de eso hablaremos más tarde.
Hay
algo grave que hoy también me preocupa: la enorme cantidad de mujeres que
vigilan, sufren y persiguen a sus hombres. Algunas cometiendo aberraciones como
jurungarles a su pareja el celular, el Facebook, Instagram, Whatsapp y los
correos electrónicos.
¡Mujeres,
no curucuteen más! Todos los hombres, menos yo, son infieles o andan
sinvergüenciando. Y es que en esto de los cachos hay brutos vulgares que rayan
el gremio, y maestros que rayan en la genialidad; es decir, hombres que, como
castigo a su torpe desempeño en el arte de la infidelidad, merecen una sola
mujer para toda su vida, y hombres que, por astutos, merecen muchas.
Conozco
estrategias brillantes y muy bien elucubradas en el difícil y excitante arte de
montar cachos. No puedo revelarlas ya que mis fuentes me matarían. Sin embargo,
les voy a contar la que aplica un intelectual venezolano, a quien no voy a
nombrar, que es humorista, politólogo, escribe en Tal Cual y tiene fama de
santo. Él sostiene que antes de ser descubierto montando cacho, lo mejor es
decir la verdad ya que las mujeres nunca la creen. Por ejemplo:
Si el
infiel ha pasado gran parte del día en un hotel, y al llegar a su casa la
cuaima le pregunta:
–Mira,
Fulanito de Tal, ¿se puede saber de dónde vienes y qué estabas haciendo?
El
sospechoso, cariñoso y sin titubear, deberá responder con la verdad:
—¡Mi
amor, no me lo vas a creer!, pero pasé toda la tarde en un hotelito, con una
mujer que estaba buenísima. Hasta huelo a jaboncito de hotel… Anda, huéleme…
La
cuaima, no podrá creer que este descarado esté diciendo la verdad:
—En
serio, mi amor… Mira que me preocupé… Yo pensé que se te había quedado el
celular en la oficina o que te había pasado algo…
Yo no
monto cacho porque descubrí que la felicidad está en tener a la mujer perfecta.
Debe ser fiel, hacendosa, dulce y que jamás se cuaimatice. Debe ser sexy,
moderna, independiente. Debe ser toda una tigresa creativa en la cama y al
mismo tiempo, la madre ideal para criar a mis hijos. Lo importante es lograr
que ninguna de las tres se conozcan entre sí.
Lo del
título de hoy fue una trampa. Quería que leyeran hasta el final. Pero les voy a
decir algo: este artículo sí tiene que ver con Ramos Allup, ya que él nos montó
cachos, a mí y a todos los venezolanos, con ese hombre tan feo llamado Nicolás.
Ramos
Allup, echaste por la borda nuestro amor.
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