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miércoles, 27 de septiembre de 2017

Al Carnaval do Brasil, por @carlosmelo1962



Carlos Mauricio Melo Pedroza 26 de septiembre de 2017
@carlosmelo1962

En otros casos no me acuerdo de la fecha, esta vez sí… fue el carnaval del año 1983, estudiábamos en la Universidad de Oriente en Puerto la Cruz, estado Anzoátegui, Venezuela… y planificamos “El viaje”, el cual sería llegar a un Carnaval do Brasil, ¡coño!… pero sacamos cuentas y los recursos no daban para ir hasta Rio de Janeiro, así que Boa Vista en el estado de Roraima, frontera con Venezuela, estaría bien.

Además los 217 Kilómetros entre el Km. 88 y Santa Elena de Uairén no eran de carretera asfaltada aun, sería además de “El viaje”, “La gran aventura de la selva”, un recorrido por la amazonia venezolana, dos al precio de uno. Desde Ciudad Bolívar hay 705 Kilómetros hasta Santa Elena y 933 kilómetros hasta Boa Vista, pero desde el Km. 88 son 445 Kilómetros de camino de tierra y selva.


Dos vehículos marca Jeep, en Venezuela por algo que los mercadologos creo que llaman algo así como vulgarización de la marca a todos los vehículos rústicos se les llama jeeps, de modo que tú puedes tener un jeep Toyota, o un jeep Land Rover o un jeep de cualquier otra marca, pero estos si eran Jeep, eran dos Jeeps CJ5,  el de Darío y el de Pablo Enrique, los intrépidos aventureros seriamos, además de los choferes y dueños de las unidades, en el Jeep CJ5 azul de Darío; el turco Jorge, alias “la lechuga”, porque siempre estaba “fresco” y sin preocupaciones y este no tan lechugo acompañante. En el Jeep CJ7 marrón de Pablo lo acompañaba su hermano Juan Carlos.

El lunes 14 de febrero, en la casa de Darío, los de la unidad azul, terminamos de preparar todo el equipo de campaña, carpas, lámparas, hielera, alimentos tales como dos latas de “diablitos Underwood”, tres latas de Sardinas, pan, y no sé qué más en poca cantidad… Las mochilas, y muchas ganas de pasarla bien. Los de la unidad marrón estaban en su casa haciendo lo propio y la verdad no sé qué equipaje prepararon.

Salimos temprano el martes 15 febrero de Ciudad Bolívar, para esa época aun no existía la autopista hasta Puerto Ordaz, era una hora hasta el Km. 70, y allí paramos al típico granizado, especialidad del lugar y refresco para aminorar el calor del cálido clima de sabana, seguimos a Ciudad Guayana, que era apenas una naciente ciudad, pero que ya tenía las avenidas que la proyectaban como la única ciudad que alguna vez se planificó en Venezuela, pasamos Alta Vista, al lado del Parque Cachamay, el puente sobre el Caroní, San Félix y salimos hacia Upata, la pasamos sin más, queríamos avanzar lo más posible y apenas llevábamos 173 Kilómetros, los aventureros no podían estar cansados todavía.

Luego pasamos Guasipati, vimos la entrada a El Callao… el viejo puente que cruza el rio Yuruarí. Imaginamos que la Negra Isidora ya estaba lista para salir a bailar por las calles del pueblo, las comparsas no descansan en carnaval.

Luego pasamos Tumeremo… así que cantamos la canción de “Serenata Guayanesa”… Calipso de El Callao… “El Callao tonight, Tumeremo tomorrow night”… que además no es de “Serenata Guayanesa” sino un versión venezolana de una antigua canción Trinitaria, “Arima Tonight, Sangre Grande Tomorrow night”. Seguimos por la carretera vía El Dorado… pasamos el puente que según dicen diseñó Alexandre Gustave Eiffel… es de acero y pudiera ser… pero como se dicen tantas cosas. De allí hasta el Km. 88… en aquella época era el último tramo de carreta asfaltado, y además el último lugar donde cargar gasolina y llenar los “bidones”, para tener la reserva por si no se consigue más adelante. Hasta ahora habíamos recorrido 484 kilómetros y desde allí comenzamos a subir “La Escalera” que es la zona selvática de la Sierra de lema, hasta la piedra de La Virgen, parada obligada, la inmensa piedra que vista desde un lado se observa como una figura con “los brazos extendidos” aun cuando yo realmente no sé porque se le llama así. Desde allí se tiene una vista de selva interminable y cuando no hay muchas personas y hay silencio se escuchan las aves que habitan la zona. Continuamos subiendo por la Sierra de Lema, la carretera era de granzón, evidentemente la estaban trabajando pero era realmente muy precaria, paramos en el Salto del Danto, y continuamos, hasta que repentinamente se abre la Gran Sabana, es un paisaje espectacular y sobrecogedor, particularmente lo fue porque llegamos ya cayendo la tarde, la combinación de colores y matices, el cielo vestido de azules y amarillos y la inmensidad de la sabana, la paz que se siente, se comienzan a ver los Tepuyes, que según los geólogos, son las formaciones geológicas más antiguas de la tierra que afloran a la superficie. Yo siempre digo, Venezuela tiene muchos lugares bonitos, playas como Los Roques, montañas y pueblitos como los de Mérida, pero playas y montañas hay en muchas partes del mundo, iguales, peores o mejores… pero como la Gran Sabana, eso sí que no hay en otras partes, es única y es extraordinaria.


Pasamos el Monumento al Soldado desconocido, otra parada obligada, saludamos al soldado y después de conocerlo seguimos, la alcabala del ejército (reten) de Luepa, que es el punto más cercano con la frontera con la Zona en Reclamación. Allí, cargamos nuevamente gasolina, y continuamos, como a cinco kilómetros está el desvío hacia Kavanayén, y el Salto Apongüao, el más grande al que se podía acceder por carretera con cierta facilidad. Ya de noche llegamos a Kavanayén, un poblado indígena donde los misioneros franciscanos habían establecido una misión y donde el gobierno nacional tiene una casa presidencial, aun cuando se dice que era la casa exclusiva del presidente Caldera, porque solía pasar las Semanas Santas allí, aun cuando ya no fuera presidente.

En Kavanayén contactamos a un señor que trabajaba con la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), se llamaba John, John Junior, era un mulato con rasgos indios (no indígenas, indios de la India) o culí, él había nacido en lo que hoy era la Zona en Reclamación y que en algún momento de los años 60 del siglo pasado durante el gobierno del presidente Caldera aparentemente se planificó una recuperación por vía militar de ese territorio invadido por Guyana, pero que al final esa acción fue abortada y no se realizó y un grupo de personas de ese territorio que apoyaban la intervención venezolana tuvieron que huir y quedarse en territorio venezolano, así que John junior era tan venezolano como nosotros, bueno Jorge era hijo de Libanesa y Sirio, yo, colombiano, Darío, debe tener sus raíces por la bota italiana, por su apellido Alessio, y el padre de los hermanitos Calderón era peruano, así que quizá John Junior era más venezolano que nosotros cinco.

Bueno, John nos dio posada en una casa de la CVG… al menos pudimos dormir decentemente en chinchorros limpios y nos dio café, que con el pan que llevamos fue una delicia, para este momento nuestros alimentos ya escaseaban, la verdad no éramos buenos planificando aventuras porque el alimento no llego ni hasta Tumeremo, lo cual era un tercio del viaje de ida.

¿Y a la mañana siguiente?… ¡bueno eso lo sabrás mañana!

Carlos Mauricio Melo Pedroza

@carlosmelo1962

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