IMANE RACHIDI 04 de septiembre de 2017
La
teoría fue bautizada como "de gravedad emergente" y puede aclarar esa
materia oscura que tantos dolores de cabeza está dando a los científicos. Erik
Verlinde lleva seis años observando el cielo para explicarse el movimiento y la
velocidad exacta de las estrellas y ahora concluye que no necesita invocar
ninguna misteriosa partícula de materia oscura para entender qué pasa en las
galaxias. Las cosas no funcionan exactamente como predijo Einstein, aunque el
padre de la gravedad sí estableció las bases.
Las estrellas
se comportan como si estuviesen presionadas o aguantadas por algo más fuerte
que ellas. La gran fuerza gravitacional requerida desconcierta a los
telescopios que intentan detectarla. Hasta ahora, los físicos han optado por la
existencia de una "materia oscura" para explicar ese "algo"
que desconocen y que sería necesaria para explicar el comportamiento
gravitacional que los astrónomos observan en el Universo. Esa energía oscura
-dicen- existe en gran cantidad (supone el 25% del Cosmos), pero hasta ahora
nadie ha sido capaz de observarla, a pesar de los muchos esfuerzos por detectar
su existencia y explicar qué pasa en las galaxias.
Verlinde
dice que el problema está en que se ha estado mirando donde no es. No hay tal
materia oscura, las estrellas giran y se mueven dentro de las galaxias porque
la gravedad emerge. "A grandes escalas, la gravedad no se comporta como
predice la teoría de Einstein", ha sentenciado.
Uno de
los puntos importantes de la teoría de las cuerdas es una adaptación del
principio holográfico del profesor Gerard't Hoof (Utrecht), premio Nobel en
1999. Según este punto, la información contenida en una región del espacio se
determinada por el superficie que la contiene, esto hace que toda la
información presenten en todo el universo pueda describirse en una esfera
imaginaria gigante alrededor del mismo. Para Verlinde, "parte de la
información de nuestro universo está contenida en el espacio mismo".
Y es
aquí donde este físico pretende revolucionar la ciencia: la energía oscura que
se cree responsable de la expansión acelerada del universo no es más que la
codificación de la gravedad ordinaria usando la información que hay en la
esfera imaginaria que hay alrededor del Universo. El resultado de la
información adicional de la masa del espacio es la misma fuerza atribuida a la
supuesta materia oscura que nadie ha visto aún.
La
gravedad no sería una fuerza fundamental de la naturaleza, sino un fenómeno
emergente. Es decir, que igual que los cambios de temperatura surgen del
movimiento de partículas microscópicas, la
gravedad emerge de los fragmentos de información almacenados en la
estructura misma del espacio.
"Somos
muchos los físicos teóricos que están trabajando en la revisión de la teoría de
la gravedad. Se han hecho algunos avances importantes. Podríamos estar cerca de
una nueva revolución científica que cambiará radicalmente nuestras opiniones
sobre la naturaleza misma del espacio, tiempo y gravedad", ha resumido
este físico reformista.
Verlinde
ya sorprendió en 2010 con sus ideas innovadoras sobre la naturaleza de la
gravedad y en 2011 recibió el Premio Spinoza para desarrollar aún más su
teoría. El físico de la teoría de las cuerdas quiso romper todos los esquemas:
la gravedad es un cuento chino, en realidad que las cosas caigan o no, es
cuestión de las leyes de la termodinámica (el calor y los gases). Es decir, la
famosa ley de Newton, que describe cómo las manzanas caen de los árboles y los
satélites permanecen en la órbita, pasa por alto que "la gravedad
emerge", ha concluido. Esto es la teoría, ahora a Verlinde le toca
demostrar si la ciencia está ante una revolución o una ilusión.
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