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sábado, 2 de septiembre de 2017

Que Onda guey!!, por @carlosmelo1962



Carlos Mauricio Melo Pedroza 01 sept. de 2017
@carlosmelo1962

En el año 2006 le escribí este correo a un buen amigo, le contaba el inicio de mi aventura de migrante ya hace doce años de ello, imagino que cada uno tiene su historia, esta es la mía. Mi amigo falleció el año pasado, y en estos días checando correos viejos casualmente conseguí este, es un homenaje a un pana, Camilo.

Para no hacerlo fastidioso de leer lo dividí en dos partes, mañana la segunda parte.

“¡¡Qué onda guey!!

Anteriormente te había escrito, pero no sé porque razón cuando intenté enviarlo le di a la tecla back, y pensé que lo había enviado, después fue que me puse a pensar que no había salido el aviso que normalmente sale y lo que escribí se perdió, bueno…, pero no importa, igual escribo nuevamente y te cuento:

Como sabes desde el año 1992 trabajaba en PDVSA, pero en diciembre de 2002 se presentó la huelga y decidí tomar partido, lo que dictó mi conciencia, y esa conciencia mía como que es bien holgazana porque decidió no ir a trabajar más, bueno no, sabes que no estoy de acuerdo con la situación de la empresa, y menos del país, así que fui expulsado de la empresa, bueno no fui yo solo, fuimos solamente 25,000 empleados de PDVSA.


Al principio, como la mayoría me dedique a las actividades políticas, marchas, cacerolazos, manifestaciones y a la campaña y recolección de firmas para activar el referéndum revocatorio contra Chávez, pero… tú sabes la historia, perdimos el referéndum.

Así que había que trabajar, ¡que vaina!, ¡trabajar otra vez!, de verdad que es mejor ser político, pero yo era un político pobre y tenía que trabajar (jeje). Por medio de un amigo conseguí la distribución de pilas Energyzer en Monagas, de modo que para el año 2005 yo estaba de lo más bien vendiendo pilas por todo Maturín, Caripe, Caripito y otros pueblitos, pero aunque me gustaba la venta, la verdad vivía como malgeniado con la situación del país y todo lo demás que ya sabes, además siempre estaba preocupado porque algún día me dieran un batazo en la cabeza porque siempre andaba con el dinerito de las ventas en efectivo, así que un buen día decidí definitivamente que en Venezuela no podíamos vivir juntos, o Chávez o yo, pero como Chávez no se decidía a ir, me tocó irme a mí.

En marzo del año 2005 fui a USA a ver qué tal, estuve donde unos primos que viven allá, observé que es difícil pero que había oportunidades, así que regresé y planifiqué mi asunto, busqué información para solicitar el asilo político, “elaboré mi historia”, podrás imaginar una mezcla de verdades, medias verdades aderezadas con un poco de picante y ¡¡zas!! Un cuento para poder quedarme legalmente en el Gigante del Norte, así lo hace todo el mundo y yo me lo merecía por haber sido un héroe de PDVSA, el 6 de junio con mis maletas me fui a vivir mi sueño americano.

Llegue a vivir a Boca Ratón, Florida, la cual es una pequeña ciudad con muchas zonas verdes, mejor dicho es un parque con gente que vive allí, Boca Ratón es verde y azul, pastos podados perfectamente, cercas de árboles, canchas de golf, lagos, lagunas, laguitos, canales y mar, Boca Ratón es el sitio más bonito que conozco sin tener nada especial.


Llegué allí porque mis primos viven allí y era un buen sitio para iniciar esta nueva vida sin estar tan solo, viviendo allí comencé  el proceso de solicitud de asilo y comencé a trabajar como ayudante 5 (o ayudante ultimo) de carpintero; mi primo tiene una carpintería y me dio chamba, él era el jefe y yo, todo lo demás. Pero, yo quería echarle ganas, así que a la vez estaba estudiando inglés y comencé un curso de aire acondicionado, que fue lo que visualice era por donde podría ir cuando tuviera mi permiso de trabajo, solo tendría que sacar mi licencia de Técnico de Aire Acondicionado; esto, además de ser algo que siempre me gusto, es un negocio que mueve plata en la Florida. De cualquier forma, la vaina fue arrecha porque de ser un ingeniero más o menos importante en PDVSA, de repente estar poniendo rodapiés, la vaina pega, pero bueno yo lo tome con filosofía y me dije a mí mismo, “mi mismo, serás el mejor pegador de rodapiés del mundo” mientras lo tuviera que hacer y de verdad que le eché bolas al asunto.

En el estado de La Florida viví desde junio a diciembre, seis meses, de los cuales estuve como cuatro en Boca Ratón y el resto en Miami, pero como dice el chiste no es lo mismo turismo que inmigración, no es lo mismo viajar a conocer a Mickey, Donald y toda la pandilla de Disney que tratar de levantar los dólares diarios para pagar la casa.

Como te decía, llegue a Boca Ratón y trabaje con mi primo, pero el trámite de asilo era en Miami y el curso de aire acondicionado también, así que gastaba mucho en gasolina y en Venezuela eso no es importante, pero en todo el resto del mundo si, por lo que decidí irme a vivir a Miami.

Un amigo, también exPDVSA tenía un departamento y me rentó una habitación, era en Miami Beach, una zona popular, pero a una cuadra de Collins Av. es decir, prácticamente en la playa y además el amigo trabajaba en una agencia de carros usados, así que el trato fue redondo, casa y trabajo.

El jefe era un cubano, como todos en Miami y era muy hablador, como todos los cubanos… mi experiencia como vendedor de coches estuvo bien, vendí dos carros en dos meses, ya estaba tomándole el gusto al asunto y si me hubiera quedado ¡¡ ya tendría mi propia agencia!!

El jefe nos contaba historias de cubanos, chistes y cuentos, era un gran conversador, pero hubo algo que me quedo grabado, te lo cuento:

“Imagínate un cubano que pasa seis meses programando su viaje en balsa de Cuba a La Florida, luego va consiguiendo las llantas, madera, cuerdas, arma su precaria balsa, consigue agua, unas galletas, linterna  y una noche se lanza al mar, se dirige al estrecho de la Florida, las olas, los tiburones, la noche… una odisea de vida o muerte hasta que por fin alcanza la costa americana entre los Cayos y Homestead, al tocar tierra se acoge a la Ley de ajuste Cubano, “pies secos, pies mojados”, listo a cumplir con el ansiado “Sueño Americano”. Lo espera en la costa un primo, con un carro, le dice que ese carro es para él y lo lleva a su casa. Pasa una semana y el nuevo cubano no arranca, a los días el primo le dice “mi he´mano vaya a trabaja po´que aquí hay que paga los biles (recibos de luz, agua, casa)”, el hombre sale y consigue cualquier trabajo, pasa dos meses y al tercer mes compra un pasaje de Cubana de aviación y se devuelve a La Habana”.

Parece loco, pero entiendo que pasa y más o menos frecuentemente ¿sabes porque?, porque lamentablemente una parte importante del pueblo cubano se volvió Castro-dependiente, es más cómodo recibir migajas del gobierno que esforzarse por un sueño, este hombre sorteo la muerte y se devolvió… mató al tigre y le tuvo miedo al cuero. ¡Cuidado con Venezuela, es el objetivo del gobierno, hacer un país de mendigos!

Bueno, el 24 de octubre del año 2005, tuvimos nuestra experiencia con el huracán Wilma, fue fuerte, gracias a Dios nada comparado con Katrina en Nueva Orleans. La temporada de huracanes de ese año rompió records por la cantidad de huracanes y la fuerza de ellos.

En octubre tuve la entrevista en migración, y coño, algo que no pensé, mi doble nacionalidad me jodió, los gringos dijeron “Esta bien, Mr. Melo, Ud. tiene problemas con Mr. Chávez, pero Ud. nació en Colombia y en Colombia no tiene problemas, váyase para Colombia”, así que me enviaron deportado para Colombia… ¡¡no, no, no!! Me enviaron para la corte de migración, tenía cita en febrero y allí podía apelar, y apelar y apelar eternamente, pero en ese momento ya tendría mi estancia legal en USA, con “social security” y permiso de trabajo.

Pero un buen día de noviembre me llamó un amigo desde México, diciéndome que había un chance en perforación, la vaina no era fácil de decidir, porque para ese momento ya me había comido las verdes en USA y ya debían venir las maduras, ya en febrero tendría mi permiso de trabajo y el “social” y las cosas debían cambiar, la oferta además, solo era un contrato por un mes y podía perder todo el esfuerzo realizado por un mes de trabajo, pero por otro lado, era el chance de volver a la actividad de perforación, que es donde está la plata. ¡Carajo!, la decisión fue difícil de tomar, pero finalmente decidí irme a la tierra de los manitos.

(to be continue, como decimos nosotros los gringos)


Carlos Mauricio Melo Pedroza
@carlosmelo1962

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