Laureano Márquez 29 de septiembre de 2017
Hay
algo mucho peor que ser corrupto, es serlo y ni siquiera recordarlo. Estar
pelando y sin saberlo, con una cuenta bancaria millonaria a nombre tuyo. Me
sucedió. Esta es mi historia:
Buscando
un correo electrónico traspapelado. No se si esta expresión cabe también para
los papeles virtuales, comencé a buscar en diversas carpetas de mi correo. Abrí
los llamados “correos no deseados”, carpeta en la que casi nunca suelo meterme,
porque, como su nombre lo indica, uno no desea saber de la gente que te escribe
por allí. Casi siempre se trata de cadenas, con lo despreciables que estas
siempre suelen ser. Para mi sorpresa, me encuentro con un correo en inglés
suscrito por el CEO del Banco Central de Nigeria, Dr. Godwin Emefiele. Como es
del dominio público, CEO significa “Chief Executive Officer” por sus siglas en
inglés, como dice la gente instruida. En
la comunicación Mr. Godwin -entiendo que su nombre tiene como primer componente
a Dios y de segundo ganar, es decir, Diosgana- me dice lo siguiente: “your name
with all your information from our central computer stating that abandoned fund
worth of $25,000,000,00 (Twenty Five Million United State Dollars) belongs to
you, Please; I want to know from you the reason why you abandoned such big fund
here in our bank”.
Lo
primero que me vino a la cabeza fue responder de inmediato con un breve: “pussy
panita, I forgot those reales, can you transfer them to me from one?”. Es
decir: “coño, panita, me olvidé de esos reales, ¿me los puedes transferir de
una?” Acto seguido, pensé, lo primero que debo hacer es buscarme en la lista de
Trump a ver si aparezco, si es el caso, debo buscar un paraíso fiscal. Ni siquiera
me pregunté de dónde vinieron esos reales ni cómo me los gané, entre bolichicos
nunca nos preguntamos esas cosas. Entiendo que en Venezuela 25 millones de
dólares es un choreo infantil de un aficionado menor, pero en mi vida
pequeñoburguesa podría resolver, bien resueltas, a 25 generaciones de mis
descendientes: el futuro de los Márquez asegurado hasta el año 3015, por lo
menos.
Esto
debe ser una broma de Emilio, fue lo segundo que pensé. Tengo que googlear a
Godwin. Para mi sorpresa, el hombre existe y Google dice que con toda certeza
es el “governor” del Banco Central de Nigeria, donde se encuentra mi cuantiosa
fortuna, que tiene 54 años, la foto muestra un señor afrodescendiente, cosa que
es lógica porque Nigeria queda en África (además yo también soy
afrodescendiente, mis padres también eran africanos de Canarias, así que
estamos entre paisanos), es cabeza de una bella familia. ¿Y si la vaina es
verdad? y si tengo ese dinero abandonado por allá y este señor se ha tomado la
molestia, ha tenido la finesa de ubicarme, para devolverme mis fondos
-obviamente mal habidos- porque un pobre de solemnidad sabe exactamente cuanto
tiene y donde lo tiene y el esfuerzo que te ha costado cada céntimo ahorrado.
¿Por qué metí esos reales en Nigeria? ¿Seré un bolisonámbulo?, fue lo otro que
me pregunté. Existen Caimán, Suiza y la celebrada Andorra, que está a punto de
ser declarada como territorio venezolano, por la abundancia de nuestros fondos
allá. Why Naiyiria? Am I an
stupid? Yes I do.
Seguí leyendo. Me dice el pana Godwin que
como yo no he aparecido a reclamar esos reales, me los han depositado en una
ATM card a mi nombre. Es decir a una tarjeta de débito. Y hasta me manda la
clave, cuyo pin obviamente no voy a revelar. Ní que fuera yo bolsa para
decirles que la clave es 2116. Los bolichicos somos astutos. ¡Godwin de mi
vida, me vienen los escraches! -pensé- que yo esté en el Peter Luger
Steakhouse, de lo más tranquilo, enfrentado a una punta argentina con una
botella de vino Protos, del bueno y se me pare alguien enfrente: “¡devuelve esa
carne, corrupto!”, y uno vomitando todo. Comencé a odiar a la oposición que
tanto he defendido. Son unos traidores todos, es verdad.
Dr.
Godwin me pide que le mande mis señas: dirección, teléfono, mi cuenta bancaria
y mi firma escaneada. Por favor, que algún bolichico con más experiencia que
yo, me ayude: ¿qué hago, le mando todo?
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